Por qué demonios el barco se acercó tanto a la isla de Giglio? Esa
es la pregunta que asedia a muchos desde que el pasado viernes por la
noche la nave Costa Concordia chocará allí con una roca, abriéndose un
enorme boquete en su casco por el que en cuestión de minutos entraron
centenares de litros de agua. Y la respuesta no podía ser más baladí:
porque el capitán de la nave se empeñó en hacerle un homenaje a un colega del barco, natural de esa isla...
Francesco Schettino, el hombre al timón del Costa Concordia, decidió
la peligrosísima maniobra de aproximarse en exceso a la isla de Giglio
en deferencia al maitre del barco, Antonello Tievoli, y en homenaje también a Mario Palombo, un ex capitán de Costa Crocera ya jubilado que vive en la ínsula de marras.
Además, acercándose a aquel pedazo de tierra el capitán Schettino
cumplía con una supuesta tradición, ya que los cruceros que pasan por
esa zona tiene la costumbre de acercarse a saludar a los habitantes de
Giglio haciendo sonar la sirena del barco. Una maniobra que en jerga marinera se conoce como "la reverencia".
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